Wednesday, January 9, 2013

Capítulo 1


Capítulo 1:
Tal vez aquí tu vida cambie y puedas ser feliz.- me dijo la señora que se sentaba a mi lado, mientras se levantaba y salía por la puerta del avión.
Me sentía muy confundida. Pero tal vez tenga tiempo luego para pensar en lo que me había dicho esa desconocida.
Cogi  mi equipaje y salí de aquel avión, esperando no volver a ver a aquella extraña señora nunca más.
Caminé alrededor del aeropuerto y decidí que sería mejor esperar a que me recojan ahí. Así que me encaminé hacia allá y al llegar tomé asiento mientras sacaba mi Blackberry para escuchar música; me coloqué los audífonos y  a los pocos segundos el lento y apasionante sonido de Memories inundaba mis oídos.
¿Perder a un ser querido? Es como si te hubieran arrancado una pequeña parte de tu ser, una parte gigantesca de tu corazón, es como si no volviera a latir o murieras en el intento de intentar volver a vivir como eras antes. Es como perderte en un agujero negro del cual no puedes salir, es como tratar de ser otra persona y cubrirlo todo con una mirada. Quizás sea algo demasiado obvio pero el dolor de perder un ser querido no se borra, se queda. Como una cicatriz luego de golpe fuerte. Solo recuerdas las veces que estuviste con la personas y te sientes débil ahora. Solo necesitas una oportunidad de volverlo a ver por última vez pero sabemos muy bien que no es posible. 
Cerré los ojos conteniendo las lágrimas.
Aún dolia
Aún sufría
Aún esa herida estaba abierta
Aún se podía llorar por esa herida que no se puede sanar. Y ese dolor que se siente cada vez que esa herida se abre es insoportable.
Hacía solo unos pocos días que mi madre, Audrey  McKenna, había muerto. Y había dejado una herida imborrable en  mi corazón.
Oh mamá me harás mucha falta.
Y precisamente yo estaba aquí, en mi ciudad natal, luego de muchos años de ausencia, para quedarme a vivir con Joe.
Joe es mi padre. Secretamente suelo llamarlo por su nombre, supongo que es un hábito, o quizás no le tengo la suficiente confianza para llamarle padre. Pero aún así Joseph Payton es mi padre y ahora debo vivir con el.
Suspiré e hice una mueca.
Definitivamente sería difícil vivir con Joe. Sobre todo si olvida a qué hora recogerme.
Alcé la mirada a la pantalla de mi Blackberry mientras registraba el lugar buscando algún signo de que Joe se encuentre aquí.  Nada. No había nada.
Suspiré y  me volví hacia mi Blackberry.
¡Demonios!¡Un nuevo mensaje!

De: Joe Payton
Asunto: Tu ubicación
Fecha: Julio 10, 2012 14:45
Becca ¿En qué parte del bendito aeropuerto estás?
P.D: No se cómo los jóvenes utilizan estas cosas, es muy dificl escribir los mensajes con estas teclas pequeñas.

Reí ante su posdata. ¿Acaso podré ser feliz a su lado? Sacudí mi cabeza y tecleé una respuesta.

De: Becca Payton
Asunto: Mi ubicación
Fecha: Julio 10, 2012 14:56
Papá estoy en la cafetería, si pudieras venir lo más rápido posible te lo agradecería. Estoy muerta de cansancio. Inglaterra no siempre está cerca de Estados Unidos.
P.D: Te acostumbrarás a las teclas de tu Blackberry, además necesitas hacerlo si quieres estar en la onda.

Sonreí  ante mi respuesta y lo envié. Será mejor que deje de escuchar Listen to the Rain de Evanescence si quiero descansar antes de  sentarme y charlar con Joe en casa.
Si…mi nuevo hogar
Luego de una pequeña lucha interna decidí apagar mi modesta lista de reproducción musical y concentrarme por si veía a Joe.
Después de aproximadamente unos diez minutos lo localicé dirigiéndose hacia la mesa que ocupaba, con un alguien a su lado que me observaba con una resplandeciente sonrisa.
¡Santos Caracoles! Es Jerrie
Sonreí sinceramente, con esa sonrisa que creí se había extinguido en mi desde hace cinco días. Joe y Jerrie llegaron hacia donde me encontraba, y lo primero que hice fue lanzarme a los brazos de Joe. No sé si fue un impulso o porque lo extrañaba.
El, torpemente, correspondió a mi abrazo.
Oh nena, está bien. Ya estás aquí.-me susurró mientras acariciaba mi cabello.
Estoy feliz de verte también papá.
Nos separamos del abrazo y mi mirada se centró en Jerrie, que extendió sus brazos para que lo abrazara.
Un mal paso Edwards
Lo que yo hice fue acercarme y darle un suave golpe en el hombro.
Ni creas que he olvidado quien me lanzo a aquel charco de lodo, Edward.- murmuré fingiendo enfado.
 ¡Vamos Becca! Eso fue cuando teníamos siete años. Han pasado nueve años desde aquel incidente.
No olvido fácilmente, además sigo recordando ese resfriado que conseguí gracias a aquel “incidente” como tú lo llamas
Vaya que rencorosa, Payton. Olvidemos eso y dale un abrazo a tu mejor amigo.
Sonreí levemente y lo abracé.
Al separarme del abrazo, pude ver que Joe me sonreía tristemente.
Aún ama a mamá, y yo se la recuerdo
Le devolví la sonrisa.
¿Ya nos podemos ir? Realmente me siento agotada.- murmuré tomando entre mis mano mi maleta y mi bolso
— Dejame ayudarte con eso.- murmuró Jerrie y antes de que pudiera responder me arrebató la maleta de las manos y se la echó al hombro.
Me encogí  de hombros y Joe asintió a mi pregunta formulada.
Claro, espero que esta vez te quedes por más tiempo.-susurra
Asentí y me volví a encoger de hombros.
Tengo planeado hacerlo.-murmuro mientras nos dirigimos a hacia la salida
¡Genial! Entonces podemos ir juntos al instituto juntos.-interrumpe Jerrie
Supongo, aunque estaba pensando en inscribirme en uno de los institutos de aquí, Seattle.
¿Qué  tiene de malo el instituto de la ciudad? Lisemstrom  a pesar de no ser tan grande como Seattle, tiene muchas cosas que son mejores. Como su historia.
Ahí va otra vez. Ruedo los ojos hacia Jerrie, cansada de lo mismo. Aún recuerdo la pelea que tuvimos a los siete años, debido a mi deseo de irme de donde vivíamos. De mis deseos de abandonar  la ciudad en el que vivíamos para poder ir a Inglaterra y estudiar…
Lisemstrom  es la ciudad, que según Jerrie en sus e-mails ahora parece Los Angeles, donde nací. Se encuentra ubicado a las afueras de Seattle a muchos kilómetros al sur. Aunque tiene una fascinante historia, debo de admitirlo, nunca me ha agradado, ni me agradará vivir allí. Siempre se me hará tenebroso ese lugar.
¿Qué sucede? O es que acaso aún sigues temiéndole al nombre.
No es eso Jerrie, sólo que el estar alejada me ha hecho pensar como a cambiado
Sigue siendo el mismo, salvo porque ahora está mucho más sofisticada.-se encoge de hombros  y me mira burlonamente.- Y más a su altura, princesa londinense
¿Princesa londinense?-enarco una ceja- ¿Qué hay de ti  príncipe stormer ?me burlo
Eso ha sido raro.-se acerca a mí y susurra en mi oído.- Escucha cuando estés bien descansada debes de contarme como te ha ido
Seguro
Becca por aquí.- murmura Joe interrumpiendo la conversación  y señalando un porsche cayman color rojo.
Solté un silbido admirando el auto.
¡Caramba papá! Si que te has modernizado.-murmuro y le doy una sonrisa recordando si auto anterior.- Es un buen auto
— Gracias.- murmura y me abre la puerta trasera para que pueda entrar.
Jerrie se une a mí a los pocos segundos mientras Joe se ubica en su asiento de piloto y enciende el auto.
Será mejor que duermas un poco Becca-me aconseja Jerrie
Estoy cansada, pero puedo hacerlo en casa
Está bien Rebeka-dice burlonamente
Solo es Becca-digo enfadada apoyándome en  la ventana y me sobresalto un poco al oír al motor rugir.
Está bien, Becca, era una broma. Ven acá.- Jerrie me jala y me coloca en su regazo.- Descanza
Asiento y cierro los ojos asumiendo que desde hoy sería unos días muy largos. Lo último que oí fue a Jerrie decir: “Debió ser muy duro para ella”. Estoy segura que  iba dirigido a mí.



*Vocabulario*
- Memories: Canción de la Banda Within Temptation. La canción habla sobre los momentos con esa persona querida. En este caso, Becca al escuchar la canción recuerda a su madre.
-Lisemstrom: Es el pueblo en el cúal Becca & Jerrie nacieron y se criaron juntos. Becca por motivos de estudio se fue a vivir a Londres con sus tíos a la edad de 10 años. 





Saturday, November 10, 2012

Prefacio



 Prefacio:
 Los ciclos de la vida son cortos. A veces    son demasiado cortos que cuando te das  cuenta el depredador se acerca a la víctima esperando acabar con ella.

Los Originales me tenían rodeada y no    sabía qué hacer. Ni había nada que yo pudiera hacer. Incluso si pudiera hacer algo, no podría luchar ante ellos.
Sabía que era mi final, no el porque me sienta débil, sino porque sé que él no vendrá, porque sé que él no me protegerá.
 Porque me dijo que no lo intentara buscar, que no le pidiera ayuda, que me alejara. Que soy mala para él. 
Sus palabras me dolieron más que el hecho que ahora uno de Los Originales me quieran matar.


Solo quería que acabaran con mi dolor. Que me mataran y ya. Pero no. 

Querían verme sufrir, llorar, suplicar. Querían ver como mi sangre abandonaba mi cuerpo.
Y ahí fue donde entendí: La vida ofrece muchas oportunidades para poder morir. 
Aunque esta no es la que hubiera deseado, incluso de haberlo intentado.